
La dieta definitiva
La dieta definitiva es una dieta equilibrada nutricionalmente, aportando al organismo, todos los hidratos de carbono, proteínas, grasas, fibra, líquido, oligoelementos y minerales que el cuerpo necesita. Es variada, no genera ansiedad, no hay necesidad de contar calorías, no se pasa hambre, permite las comidas entre horas, no requiere fármacos, adelgazantes, diuréticos, laxantes o ansiolíticos, potencia y reequilibra el organismo, facilitando la curación de ciertas enfermedades. Además, no requiere casi esfuerzo físico y funciona para todo el mundo.
Esta dieta es saludable y puede ser seguida por cualquier mayor de siete años, incluso enfermos de diabetes y enfermos cardiovasculares, también enfermos postrados en una cama o en silla de ruedas. De todas formas, siempre es conveniente consultar con el médico antes de emprender esta dieta.
Esta dieta consiste en un cambio en los hábitos alimenticios para toda la vida, sin pasar hambre, con pocas restricciones, determinadas y concretas.
Esta dieta disminuye el volumen de grasa corporal, por lo que el adelgazamiento es real, no una simple pérdida de líquidos o desinflamación, que harían perder volumen o peso, sin que desapareciera el problema. Esta dieta funciona de día y de noche.
Es una dieta disociada que mezcla los alimentos de manera que se puede ingerir la cantidad deseada y se controlan las calorías consumidas a diario, entre 2000 y 2500. La dieta definitiva logra que el metabolismo funcione con el de un ciclista, sin importar la actividad.
La duración es de un mes como mínimo, pero puede seguirse por más tiempo, pero siempre bajo supervisión médica. La dieta definitiva permite perder entre 5 y 10 kg mensuales. Los resultados comienzan a verse a partir de una semana, pero los mayores cambios se ven en la semana 6 y 8.
– Verduras y hortalizas: col, rábano, berro, apio, endibias, pimientos, coliflor, puerro, calabaza, tomate, col de Bruselas, acelgas, brócoli, espinacas, cebollas, pepino, berenjenas, brotes de soja, calabacín, judías verdes, lechuga, escarola, espárragos, champiñones, palmitos, yuca, setas, hinojo.
– Frutas: fresas, frambuesas, melón, sandía, piña, moras, pera, mango, níspero, papaya, manzana, granadas, cerezas, arándanos, ciruelas, kiwi, albaricoques, pomelo, naranja, melocotón, mandarinas y nectarina.
– Carnes: aves, pollo, pavo, carnes blancas, jamón serrano y de York.
– Condimentos: sal, pimienta, ajo, limón, perejil, aceite de oliva y vegetales. Hierbas aromáticas.
– Edulcorantes: sacarina, aspartato, ciclamato.
– Postres: yogur desnatado sin azúcar, requesón sin azúcar, queso fresco, leche sin azúcar y flan de huevo.
– Huevos: se permite comer hasta dos huevos diarios, tres veces por semana.
– Mariscos: todos, salvo vieiras y ostras.
– Bebidas: zumo natural de frutas y verduras, café descafeinado, toda clase de infusiones, excepto de anís. Y por supuesto, agua.
– Ocasionalmente se puede comer: arroz integral, lentejas, alubias, arroz basmati, garbanzos, guisantes, judías, habichuelas, maíz, habas y sorbete de frutas casero.
Reglas para la dieta definitiva:
– Sólo se pueden ingerir alimentos permitidos en la lista.
– La fruta se consumirá sola, en ayunas, entera o en zumo. No se puede mezclar frutas dulces con ácidas. Se pueden acompañar con café descafeinado o infusión. Luego de consumir la fruta se debe dejar pasar al menos una hora para ingerir cualquier otro alimento. No se puede comer fruta más que una vez al día, salvo que se ingiera sólo frutas todo el día.
– Los restantes alimentos pueden combinarse entre sí y consumirse de preparados de cualquier manera, excepto fritos. Como acompañamiento de carnes, pescados, mariscos y huevos, se aconseja tomar siempre fibra, verduras y hortalizas.
– Cuando se come jamón o pescado graso, no debe ingerirse postre.
– Una caminata de 20 o 30 minutos antes y después de cada comida, ayuda. También caminar 3 o 4 kilómetros diarios o bailar un poco.
– Inicia la dieta, sólo si estás convencido de que es lo que deseas hacer.